jueves, 24 de agosto de 2017



Me sorprende el mal ojo que hemos tenido al momento de elegir compañeros de vida en el pasado. Una paradoja si pensamos que nos dedicamos a trabajar con lo visual.
En mi caso, un narciso que no podía ver quien estaba a su lado y menos valorarla.
En el tuyo, una arpía venenosa que fue intoxicando tu alma.
En que estábamos pensando?
Que clase de embrujo nos empujó a mantenernos en un estado casi catatónico?
Se que al inicio nos deslumbramos con sus cualidades, haciendo que surgiera en nosotros cierta admiración... Pero después ya fue tontera y tozudez de nuestra parte. Empecinados en mantener algo que ya no tenía ni pies ni cabeza. Sin embargo, nos dejaron varias lecciones y nos ayudaron a comprender muchas cosas sobre nosotros mismos y lo que queremos.
Me alegra haber salido de todo eso, claro, tu lo hiciste antes que yo. Y agradezco el que tu hayas tomado la decisión de buscarme, que quisieras que algo pasara entre nosotros. Un deseo que yo también guardaba muy en el fondo, pero que anulaba porque le temía a la mujer que te acompañaba. Porque si hay algo que me derrumba es la mala leche, veo eso y salgo corriendo despavorida.
Lo bueno de la vida es que nos sorprende y, en nuestro caso, lo ha hecho gratamente.
Nos ha mostrado que es posible tener una relación que llene nuestras almas de colores, texturas y sabores nuevos. Que es posible sumergirse en el amor sin salvavidas, porque éste nos hace flotar.
Por eso nos hemos dejado llevar por la intensidad, por la magnitud de los sentimientos que nos han arrebatado. Yo he logrado soltar mi obsesión por el control. Y tu has derrumbado los muros que habías levantado.
El temor se ha ido y ya no podemos escapar... Además que ninguno tiene esa intención, todo lo contrario. Se han fusionado nuestras almas a tal grado, que ya no es posible separarnos.
Así que sólo nos queda construir una vida juntos y preparar nuestros caminos para que se encuentren en algún punto, seguramente junto al mar...