El primer día contigo...

Tus besos son más dulces y cálidos de lo que pude imaginar en mis incontables fantasías.
Tus labios y lengua, el intercambio de fluidos, la respiración acelerada... Tus manos, queriendo recorrer cada rincón, metiendose bajo mi vestido, tocando mi entrepierna, excitandome...
Mis manos, casi por instinto, ansían recorrer los valles y senderos de tu cuerpo cálido, nos volvemos a besar y observo como tu respiración detenida, calmada, se va acelerando, entrecortando.
Veo cambiar tu semblante y que tu mirada se posa sobre mi, con lujuria.
No resisto dibujar tus mejillas con mis manos, reparando en cada detalle suavemente, como si se tratase de un libro que debe leerse despacio para no perderse de algún detalle y por temor a terminarlo demasiado pronto.
Entonces extiendes tus brazos, me abrazas fuertemente y dejas escapar un suspiro. Nuestras miradas se cruzan una y otra vez, emitiendo un fulgor casi incandescente.
A ratos la realidad y la fantasía se vuelven uno, pienso, momentos antes de que partieras de mi lado..