sábado, 5 de agosto de 2017


Dejé entrar la luz del sol por las persianas
La quietud de la casa, es igual a la que viene después de una tempestad.
Pequeños pasos alegres suben y bajan las escaleras... Y yo le muestro mi mejor sonrisa cuando derrepente aparece y dice mamá no encuentro mis lápices.
Preparo unos cartones, me siento tranquila al mesón.
Pomos de colores, ideas, dibujos... Respiro profundo.
Palabras hirientes aún rondan en la cabeza, pero cada vez más y más apagadas...
Prefiero los te quiero que me regalas cada día, que van borrando las cicatrices, sanando heridas, haciendome enamorar de una forma insospechada...



2 comentarios:

El Editor Jefe dijo...

A riesgo de sonar indiscreto... no niego que me gustaría verlos trabajar, suena a una escena llena de ternura y juego familiar... =)

Amalia dijo...

Ya habrá oportunidad... ;)