domingo, 25 de marzo de 2018
viernes, 16 de marzo de 2018
Cartas de amor VI: Sigmund Freud
jueves, 15 de marzo de 2018
La noche
La noche me cubre
Mientras la nostalgia y la alegría
se pelean protagonismo
Voy enumerandote
y sin darme cuenta
me duermo.
Entonces te sueño,
Por ahora, el único medio
que me lleva a ti.
Separados por el destino y lo inevitable,
la luna se entristece,
pero se que una de estas noches
volverá a cubrirnos cálidamente…
porque no olvido nuestras palabras,
que aunque estemos lejos
y nuestros cuerpos no esten juntos
nuestra luz nos seguirá alcanzando.
Nada nos impide amarnos,
Ni siquiera la distancia
Porque tú estas siempre en mi camino.
Mira la noche, mira las estrellas,
Búscame en ellas cuando me necesites, Que yo también estaré pensando en ti, visítame cuando quieras,
yo te estaré esperando,
Porque lo mismo hago
cuando cae la noche.
Mi pensamiento y mi amor
de ti nunca se apartan,
la noche es nuestra, no lo olvides,
es el sitio donde nuestras esencias
se contemplan y se acompañan
Nos pertenecemos, es verdad,
Y la distancia es momentánea
pero aún así quisiera
a toda costa
tenerte aquí.
"Tengo que decirte algo, tengo que decírtelo ahora, te quiero, me he enamorado de ti. Y creo que el mundo es un poco menos malo porque existes, siento que quiero pasar contigo... compartir el resto de mi vida y todo eso, las palpitaciones, los nervios, el sufrimiento, la felicidad y el miedo..." (Película Vida sin mi)
In my bed
Estoy sola.
En la cama.
Recuerdo a mi amor, sus manos, su cuerpo,
Nuestros encuentros.
Lo imagino de nuevo sobre mi, siento su peso,
Y me excita.
Mi vulva se abre y siento cómo se introduce su miembro fantasma,
lentamente.
Recuerdo sus caricias, mi cuerpo se estremece,
Mis pezones se erizan.
Mi respiración se acelera, mi vagina se humedece, mi cuerpo tiembla,
lenta, dulcemente.
Mi cabello cae y se desparrama como una cascada negra sensual, mis ojos cerrados
se elevan.
Mi lengua se asoma tímida entre mis labios entreabiertos.
Imagino que él me está poseyendo con fuerza y pasión desbordante
emito pequeños gemidos.
Siento cómo la excitación me penetra hondamente.
Espasmos retuercen mi cuerpo, el placer me inunda por oleadas,
cada vez más intensas.
Hasta alcanzar el clímax.
Entonces el relajo y el cuerpo satisfecho. Una sensacion de bienestar
recorre todo mi cuerpo, y casi puedo verlo junto a mi
abrazándome con sus brazos invisibles.
Amándome
Aunque sólo sea en mi imaginación, así lo recuerdo.
En la cama.
Sola.
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