viernes, 21 de junio de 2019

El hombre misterioso y la alameda en otoño...

No saquen sus fusiles ni armen barricadas... no hay de que preocuparse.
No debo ponerme alerta ni pensar mucho, sino me duele la cabeza.
Un sueño es solo eso, a lo más algún mensaje cifrado del subconsciente.

Hola hermosa, me dijo.
Te extraño.
-Yo en silencio-
Me alegra verte nuevamente.
Poder despedirme como la gente, no desaparecer, desvanecerme.
Decirte que te llevo conmigo, siempre.
Darte un beso en la frente y seguir mi camino.
- mantengo mi silencio -
Luego, avanza unos pasos, se inclina y me besa la frente.
Espero que seas feliz.
Cuídate mucho.

Trato de hablar, pero no puedo, tengo los labios entumecidos, congelados...

Y se marcha...

Dejo caer un par de lágrimas... me doy media vuelta y me meto en una alameda llena de golondrinas revoloteando... las hojas secas caen como lluvia.

No hay de que preocuparse, son escapes locatelis de la mente, ni siquiera sé quien era, pero parecía muy convencido de conocerme. Y yo no sé porqué me dió tristeza, si no lo conozco. O quizá no lo recuerdo.

Quizá sólo se equivocó de sueño o su viaje astral se desvió y se despidió de la mujer equivocada.


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