martes, 12 de diciembre de 2017

A ti, maldito ladrón


Malnacido que te apareciste por detrás, sigiloso como un asqueroso animal rastrero, de esos que causan nauseas sólo con verlos...
Creo que los de tu calaña están en la tierra sólo consumiendo oxígeno... viviendo a expensas de los que se rompen el lomo trabajando para subsistir...
Una vez alguien me dijo que las cárceles debían ser incendiadas con todos dentro... porque cada tipo encerrado estaba ya corrompido en sus valores, que jamás volverían a encausar su camino...
No soy tan radical, pero admito que cuando aparecen tipejos como tu mi instinto asesino aparece y quisiera que todos los de tu especie dejasen de respirar el valioso aire que lamentablemente compartimos.
Seguiré con mi rutina de bicicleta, pero esta vez atenta a cada personaje y vehículo que transite... Es la lección que me has dejado...
Las maldiciones seguirán siendo proclamadas por mi boca, con la esperanza de que alguna te alcance y te jodas lenta y dolorosamente...

2 comentarios:

El Editor Jefe dijo...

Todos pagan tarde o temprano. Con sus acciones o raíz de las acciones de terceros. No creo en el destino, pero así sucede. Besos amor mío!!

El Editor Jefe dijo...

Bueno bueno... después de un tiempo has recuperado esa autonomía que hoy por hoy nos es tan importante, te amo, te amo,te amo!!!